En 1989 creamos la Fundación Nuestro Porvenir, sin fines de lucro, como un vehículo para contribuir socialmente a la comunidad en las áreas en las que estamos activos. Inicialmente proporcionando asistencia a escuelas locales y actividades culturales, bibliotecas y teatro.

Una de las observaciones más preocupantes fue el bajo nivel de educación en el país, especialmente la deficiencia de las escuelas públicas, que se sabe que se encuentran en el último lugar en América Latina.

Inicialmente Annelien Meier se dedicó a un grupo de niños en la granja y el vecindario con actividades educativas.
Como los Meier han experimentado para sí mismos y para sus hijos la bondad y la excelencia del método educativo Waldorf, que se ha practicado durante 100 años en más de 1.000 instituciones a nivel internacional, se fijaron el objetivo de introducir este método en el país como un ejemplo piloto.